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El ex ministro de Economía y actual diputado nacional de Unidad Ciudadana estuvo en Neuquén para apoyar a la fórmula de Unidad Ciudadana- Frente Neuquino, que encabezan Ramón Rioseco y Darío Martínez. En una entrevista con , dijo que "votar hoy a (Omar) Gutiérrez es votar a (Mauricio) Macri" y afirmó que "es muy importante lo que pasa en Neuquén" porque "si se le da una derrota al gobierno provincial va a ser leído como el comienzo de un cambio a nivel nacional".
El diputado indicó que en varias provincias se está trabajando en la unidad pero a nivel nacional "tenemos algunos candidatos que tienen aspiraciones mucho más elevadas que el apoyo que consiguen" y eso "está dificultando la unidad en este momento".
Consultado acerca de si le gustaría ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, indicó que sería "un desafío muy importante" pero aclaró que su lugar "dependerá también de un armado más general" y de "donde sea más útil".
-Usted afirmó que no se puede "desenganchar" lo que pasa en Neuquén del resto del país, ¿cree que un triunfo de Ramón Rioseco y Darío Martínez en la provincia es un triunfo de Cristina Fernández?
- Sí. Creo que es poco razonable y además pasa por alto lo que realmente ocurre pensar en Neuquén separado de la situación nacional. En ese sentido me parece que Macri gobernó todo este tiempo con el apoyo de algunos gobiernos provinciales. No hubiera podido llevar adelante este programa de endeudamiento, de deterioro de las prestaciones sociales, de ajuste, de reducciones salariales, de flexibilización laboral, sin el apoyo de algunos gobernadores provinciales entre los que está el gobernador de Neuquén. En ese sentido creo que lo que los neuquinos necesitan es que haya un cambio en el plan económico nacional y que la forma más clara y concreta de hacerlo es acompañar a los candidatos de la fórmula Unidad Ciudadana- Frente Neuquino, a Ramón y a Darío, porque realmente está todo el país mirando lo que ocurre en Neuquén. Y votar hoy a Gutiérrez es votar a Macri. Si se le da una derrota al gobierno provincial va a ser leído como el comienzo de un cambio a nivel nacional. Es muy importante lo que pasa en Neuquén.
-A nivel nacional, ¿cree que es posible ganarle a Macri con el peronismo dividido como está hoy?
-Neuquén no es sólo un caso de unidad sino un caso muy importante porque es la primera elección pero es lo que ha pasado y lo que supongo que va a pasar en las provincias que adelantaron las elecciones y las desdoblaron. Lo mismo se está viendo en Entre Ríos, en Santa Fe, en Tierra del Fuego. O sea que creo que se está marchando hacia un proceso de unidad, obviamente muy sujetos a los tiempos del cronograma electoral. Pero insisto, la mejor forma de darle una derrota al macrismo es a través de la unidad. Para el caso nacional lo que tenemos son algunos candidatos que tienen aspiraciones mucho más elevadas que el apoyo que consiguen, entonces eso está dificultando la unidad en este momento.
-Quien asuma el gobierno en diciembre va a tener que conducir un país que está muy endeudado y con signos de una economía en retracción. ¿Cómo se empieza a desarmar la matriz neoliberal?
-La cuestión de la deuda es complicada, va a requerir una negociación muy compleja pero yo veo una predisposición porque me he reunido tanto con funcionarios del Fondo (Monetario Internacional) como con representantes de fondos de inversión extranjero y la verdad es que todos se dan cuenta del desastre que ha producido Macri y que hace falta modificar cosas sustanciales para que no termine muy mal. Por otro lado, a nivel de la economía argentina hay ciertas medidas que Macri aplica con obstinación y dogmáticamente, como son los tarifazos, la tasa de interés tan alta, o su permanente intento por reducir los salarios que si se trabaja con prolijidad y conciencia para revertirlo se pueden obtener resultados que se van a observar en la revitalización del mercado interno, del empleo. Pero falta casi un año para eso y hay que ver cuál es el grado de deterioro que produce Macri. Por eso tan importante la elección en Neuquén. Creo que a Macri hay que demostrarle que hay un fuerte repudio a su modelo económico para también impedir que el 2019 sea un año de mucho deterioro.
-Usted planteó que el modelo sobre Vaca Muerta no se puede separar del modelo de país y propuso retomar el rumbo de la soberanía sobre los recursos. ¿Es posible seguir ese camino teniendo en cuenta los cambios que hubo en la política internacional a nivel regional en los últimos años?
-Me parece que hay dos tendencias en esta etapa de la economía mundial. Por un lado efectivamente hubo un recrudecimiento de la influencia de Estado Unidos en la región, pero por otro lado hay una retórica a nivel internacional vinculada con lo que se conoce como defensa de los intereses nacionales. Esto se ha visto en Europa, en Estados Unidos. Me parece que esta idea de lo nacional está experimentando un reverdecer y en ese sentido la cuestión de la soberanía no se encuentra impugnada o complicada, sino todo lo contrario. Incluso las ideas de Macri de buscar la apertura comercial indiscriminada están claramente a contramando de una tendencia proteccionista que se observa en el mundo y una tendencia también llamémosla nacionalista. Así que no veo una contradicción ahí. Obviamente que va a ser difícil llevarlo a la práctica pero no me parece que en el mundo no esté legitimado.
-¿Le gustaría ser gobernador de la provincia de Buenos Aires?
-A uno le toca pensar en una situación más general y colectiva. Creo que se viene primero un desafío muy grande que es ganar las elecciones provincia por provincia y después a nivel nacional. Ahí creo que puedo contribuir tanto en este trabajo de ir acompañando a los candidatos y en el resto del país y después otro desafío también muy complejo que va a ser gobernar Argentina después del desastre que va dejando Macri a su paso. Ahí la ubicación que yo tenga dependerá también de un armado más general, de qué decisión tome Cristina con respecto a ser o no candidata a presidenta y mi lugar dependerá también de donde sea más útil. En ese sentido el gobierno de la provincia de Buenos Aires es un desafío para mí muy importante pero dependerá también de un armado más general.
¿Considera que el kirchnerismo hizo una autocrítica en estos años para llegar mejor a las elecciones de 2019 y no apostar sólo a los errores del macrismo?
-Sí, por supuesto. El mismo proceso de unidad, la suma de dirigentes como Alberto Fernández, Felipe Solá, los (Hugo y Facundo) Moyano, los movimientos sociales, Juan Grabois, todo eso tiene que ver con algo que unilateralmente se suele llamar autocrítica pero yo creo que es un proceso de balance, de análisis de la experiencia de los doce años y sobre todo ver cómo se puede adecuar eso a la actual situación, con qué dirigentes, y ponerlo de cara a los desafíos del futuro. Me parece que la ciudadanía está atenta a esto, es muy exigente y hace bien, y me parece que el kirchnerismo y el peronismo han estado a la altura de esos desafíos. Se han cambiado modos, alianzas, caras. Ha habido muchos cambios.
-Usted mencionaba a Moyano, ¿cree que el sindicalismo estos años estuvo a la altura de las circunstancias?
-En el sindicalismo ha habido un recorrido también. Como siempre ocurre, los gobiernos neoliberales, más allá de la persecución judicial, de los carpetazos, el uso de los servicios de inteligencia de una parte de la justicia, el deterioro del tejido social y de las condiciones laborales, generan sobre el movimiento sindical una situación de estar a la defensiva porque se empiezan a perder puestos de trabajo, los propios trabajadores están con miedo a que los echen, a no llegar a fin de mes, a que los reemplacen. Sobre esa situación no es fácil generar resistencia de organización. Pero me parece que paulatinamente diferentes sectores del arco sindical han ido estableciendo una oposición política a este gobierno. No digo partidaria, digo política. Esto consiste en no mirar solo su gremio sino identificar que el problema es sistémico del modelo económico, y enfrentar ese modelo. Me parece que eso ha ido pasando. Obviamente uno esperaba ver un ritmo mayor y más decidido pero creo que paulatinamente ha ido ocurriendo.